Pablo estaba feliz esa mañana, más que feliz, exultante. Acababa de recibir los resultados trimestrales. Había logrado no solo su mejor resultado desde que ocupaba el puesto, sino que era el mejor de su promoción.
Ese día tenía la sesión mensual con Miguel, su mentor (ver un día de pesca) y tenía que contárselo.
Así lo hizo, orgulloso, aunque a la vez humilde. Era consciente de que haber conseguido ese logro se debía en gran medida al apoyo y mentoría de Miguel. Se lo hizo saber, agradeciéndole sus consejos y reflexiones.
“Muchas gracias Pablo” le respondió Miguel.
“Estoy muy satisfecho por tus logros. Todo lo que estás consiguiendo es gracias a tu esfuerzo y buen hacer. Creo que en breve recibirás un merecido ascenso“.
“Sabía que este trimestre iba muy bien y deseaba conseguir esa posición de primero de mi promoción, aunque no me atrevía a comentarlo por miedo a no conseguirlo y quedar como un patán”, confesó el joven. “Ahora ya he dejado mi huella y podré ser recordado”, acabó diciendo con orgullo.
“Pablo, no quiero ser aguafiestas, al menos hoy no, aunque discrepo en lo que acabas de comentar.
Dices que vas a ser recordado por un resultado, que es muy bueno. Yo te aseguro que nadie en una posición intermedia es recordado por ello. Al menos no mucho tiempo.
Mira, en las posiciones intermedias de las empresas nadie es recordado por sus extraordinarios logros. Tuitea esta frase
No recuerdo que pasado un tiempo nadie alabe que Juan enviara todos sus reportes a tiempo o que Javier consiguiera reducir el inventario, Marta hubiera captado 30 clientes en un mes, Marcelo redujera las comisiones bancarias o la gran reorganización del almacén de Emma.
Las personas son recordadas por las relaciones que forjaron, no por los logros alcanzados (Tuitea esta frase); estos son sobrepasados y pierden valor, el recuerdo de las relaciones y de lo que hiciste sentir, perdura.
Si quieres ser recordado, centra tus esfuerzos en mantener relaciones que hagan sentirse bien a las personas que tienes alrededor y permanecerás mucho más tiempo en la memoria y el cariño de los demás.
No lo olvides nunca, lo que perdura es cómo hiciste sentir a la otra persona.”
“Ufff, menudo jarro de agua fría que me has echado” dijo abatido.
“No, en absoluto. Eres una persona brillante, trabajadora y con grandes cualidades. Solo quiero que no te ciegues por el resultado a corto plazo -los resultados inmediatos- y te centres en las personas con las que trabajas.
Estoy seguro de que en breve serás ascendido y estarás al frente de un equipo. Recuerda que el liderazgo se mide por cómo eran las personas antes de que tú llegaras y cómo son cuando te vayas. Esa será tu verdadera aportación a tu empresa. Es la que permanezca y la que habrá aportado valor duradero, no tanto los resultados que hayas podido conseguir que durarán como mucho un trimestre en la cabeza de los demás”, le dijo Miguel con cariño, a la vez que le ponía la mano en el hombro y concluía con una gran sonrisa “eso no quiere decir que no haya que celebrar tu éxito y que vayamos a hacerlo a lo grande pagando tú, claro”.
El liderazgo se mide por cómo eran las personas antes de que tú llegaras y cómo son cuando te vayas Tuitea esta frase
En demasiadas ocasiones damos un excesivo valor a logros puntuales. Estos perdurarán poco en el tiempo si para conseguirlos cometemos excesos en la relación con nuestros colaboradores. Ello resta valor a nuestro liderazgo, que es la gran aportación de largo plazo que podemos realizar.
Liderar es ayudar a que otras personas se desarrollen, sean mejores en su desempeño, manteniendo relaciones de calidad con sus compañeros, no conseguir grandes logros inmediatos por sobresfuerzos y exigencias desmedidas.
Sé que algunas de las personas que lean este artículo me criticarán y me acusarán de “buenista”. Pensarán que lo que digo es imposible en el mundo real. Estarán convencidos de que no conduce a los resultados que se necesitan.
Yo he visto como el desarrollo del liderazgo hace a las empresas más fuertes, las relaciones más sanas y los resultados, espectaculares a medio plazo.
También he visto como las empresas que consigue grandes logros con aparentemente poco esfuerzo se basan en buenas relaciones entre sus miembros.
Las empresas para las que realmente merece la pena trabajar invierten recursos en el desarrollo de liderazgo en todas las capas de la organización.
Hay una frase atribuida a Henry Ford que reza
“tanto si crees que puedes como si crees que no, estarás en lo cierto si actúas de acuerdo a tus creencias”.
Cada uno elige si quiere estar toda su vida peleando por resultados de corto plazo o invertir en conseguir mejores resultados y con menos esfuerzo a largo plazo. Yo, desde luego prefiero hacer lo correcto, no lo fácil. Es lo que lleva a los grandes logros.
Y tú, ¿crees que lo que cuento es “buenismo” infantil o la verdadera clave del éxito?
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Me ha encantado, buenisimo, para reflexionar y experimentar.
Muy bueno, es de gran ayuda. Gracias.
Gracias Alis
Muchas gracias Alejandro. Espero que te sirva para lo que expresas.
Un cordial saludo