… o a quien corresponda
Este año he sido un buen trabajador, responsable y he obedecido a mi jefe en todo lo que era razonable –sólo le puse mala cara cuando se le ocurrió que debido a la crisis había que rebajarnos el sueldo-.
He trabajado todas las horas que me correspondían y no teniendo una sola baja (no vaya a ser que, como a los controladores, no me las cuenten como jornada máxima) y creo que me merezco los regalos que os voy a pedir.
Desde el sindicato me han dicho que solo sois una fabulación y que los verdaderos Reyes Magos son los empresarios con liderazgo, pero sé que eso no es posible… mi jefe nunca me haría regalos…
Por si acaso Paco, el representante de los trabajadores, tiene razón y dadas las circunstancias económicas que atravesamos, este año no os voy a pedir el ordenador (total, no me habéis hecho caso en los últimos cuatro años), ni siquiera la impresora (al fin y al cabo la matricial que tengo, todavía tiene su encanto y la de red tampoco está tan lejos, si no llueve el paseo no importa mucho). Me había planteado una máquina de café, pero casi lo dejamos para el siguiente boom económico. Creo que este año lo comedido es centrarnos en regalos que no se pagan con dinero, esos que no tienen precio (como los anuncios de la Mastercard).
Además, después de hablar con otros compañeros y en prueba de buena voluntad, vamos a hacer la carta conjunta para que sean regalos comunitarios. No ha sido fácil ponernos de acuerdo y hemos decidido seguir el sistema de que cada uno ponga 3 deseos en un papel y hemos seleccionado los que más votos han obtenido. Así nos gustaría
- Que el jefe se aclare de una vez. La verdad es que no entendemos que quiere. Cambia de opinión con frecuencia y más desde que las cosas están como están. Unos días es importantísimo la calidad del servicio, otros los costes al mínimo, al siguiente vender, vender y vender,… Querido Melchor, a ver si consigues que con el año nuevo se centre, se reserve algún tiempo para él y ponga en un papel sus prioridades y las siga… y lo que es más importante, que nos lo cuente, para ver si lo entendemos y pasamos de un liderazgo veleta a uno de rumbo fijo. Concédenos este deseo y esta año nos salimos, palabra
- Que sea claro con lo que quiere y lo que no. Además de que se aclare, nos gustaría que lo dijera y de manera explícita, si quiere que nos quedemos unas horas a acabar algo que nos lo diga, si quiere que hagamos algo de una forma concreta, que nos lo diga, que es que estamos de tener que adivinar … ni que fuéramos Nostradamus … ah¡ y sobre todo que en todo el año no pueda decir las palabras “hay que …” y las deje en el aire, que sea claro en lo que hay que hacer y quien
- Que escuche mis opiniones e ideas. No soy el más listo y currante del mundo, pero llevo mucho tiempo haciendo mi trabajo y a veces sé de lo que hablo. Si no quiere ponerlas en práctica, que no lo haga, pero que por lo menos disimule y que parezca que me escucha, aunque solo sea eso, que es que parece mi marido cuando llega a casa e intento contarle mis problemas
- Que me diga lo que hago bien y no solo proteste de lo que hago mal. Soy consciente de que no soy perfecto, pero me esfuerzo en lo que hago y en todo este año no he oído una retroalimentación más que de las cosas con las que no está contento y supongo que algo habré hecho bien, ¿no? … pero solo lo supongo porque él no me lo ha dicho. A ver si este año le inspiras y me da alguna pista sobre si lo que hago está realmente bien o solo suficientemente bien como para que no proteste ¿y si le regalas el libro “Bien hecho” de Ken Blanchard?
- Que me dedique tiempo. Muchas veces quisiera hacer cosas, pero no me atrevo porque no sé lo que quiere, ni como lo quiere y como si acierto no me lo va a agradecer y si me equivoco me lo va a echar en cara, así que decido hacer lo de siempre, que es lo más seguro. Me gustaría tener un tiempo concreto en que plantear aspectos del trabajo y que él me orientara si le gustaría que se hagan y como. Otras veces necesito consultarle ciertas materias, pero nunca está disponible, si no está hablando por teléfono está en una reunión o esperando una llamada importante o respondiendo mails… nunca tiene tiempo para mí, lo que más me puede dedicar son unos escasos segundos si le asalto por el pasillo. ¿Sería posible contar con momentos concretos y reservados para mí en los que tratar todas esas cosas? Ah ¡y a ser posible que no esté mirando si le entra un mail o con cara de aburrido¡
- Que se entere de lo que pasa y sea justo. Al final como yo no protesto me acabo “comiendo todos los marrones” mientras que los protestones salen “de rositas”. Otros compañeros se quejan de que les toca hacer cosas porque saben, mientras que los que nunca saben nada, nada hacen, incluso actúa como ese sacerdote que abroncaba a los feligreses que estaban en los oficios por todos los que no asistían y nos echa a nosotros las broncas que debiera hacer con otros, pero como o bien no se atreve o a ellos les respeta más… A ver si en este año, cada uno se lleva lo que le corresponde y no pagamos justos por pecadores.
- Que exija que el trabajo se haga. En nuestra empresa, como en todos los grupos de personas, existen una serie de vagos y jetas que hacen lo que les da la gana y el resto de nosotros tenemos que hacer lo que ellos no hacen, si el jefe se pusiera firme y les exigiera que cumplan con lo que deben, todos viviríamos mejor, … menos ellos, pero que les den
- Que el trabajo esté organizado. Al final no sabemos quién tiene que hacer que, ni cuándo ni cómo. Nos gustaría que este año se actualice el organigrama y se haga una descripción de funciones para que todos sepamos a lo que tenemos que “jugar”, no será tan difícil, ¿no?, seguro que hay mucha gente que puede ayudarle
- Que nos marque objetivos claros y medibles. No tenemos forma de medir si lo que hacemos está bien o mal (aparte de las malas caras o las broncas, dependiendo del jefe). No estaría mal que nos dijeran que esperan de nosotros y como se va a medir, aparte del dependiendo de cómo se haya levantado ese día de la cama. (¿Por cierto sería posible pedir que cambiara el lado de la cama con su pareja y cogiera el derecho? Por lo de levantarse con ese pie lo digo)
- Que sea congruente y consecuente. Desde que estoy en esta empresa oigo la palabra compromiso, pero parece que solo es por mi lado. Sería bueno que alguien le haga entender que cuando se ordena solo se puede conseguir obediencia o desobediencia (se realiza la orden o no), pero nunca compromiso. Por mucho que nos empeñemos de un olmo no vamos a recolectar peras. Para obtener compromiso hace falta buscarlo y esto no se hace mediante órdenes, si no mediante procesos de búsqueda del mismo: exposición, aceptación y solicitud de compromiso. Algo que no debe olvidar es que para conseguir compromiso hay que tener claro que la gente nos comprometemos cuando sabemos que lo que hacemos bien le importa a alguien y además lo aprecia y nos lo dice. Estimado Melchor, si por un casual nos vas a conceder esto, avísanos, no vaya a ser que nos pille por sorpresa y nos pongamos a llorar de alegría …!qué vergüenza¡
- Que nos deje trabajar. No sé porqué pero el jefe se mete en todo, hay que hacer las cosas como se le ocurre en cada momento y además no nos deja opinar. Opina hasta los pequeños detalles que no tienen importancia y es un suplicio porque tiene que decidir hasta el tipo de letra de mis mensajes de mail y entrar a corregir todo lo que hago. ¿podríais conseguir que se ocupe de lo realmente importante y no de esos detalles nimios y que resultan tan molestos?
Sé que pido mucho, pero también que no es imposible, que con un poco voluntad y ayuda mi jefe puede mejorar mucho en estos aspectos y de verdad que todos estaríamos mucho más contentos y seríamos más productivos.
Esta imaginaria carta a los Reyes Magos podrían firmarla muchos trabajadores que conocemos –por referencias claro, ya que los nuestros no están aquí identificados- e incluso nosotros mismos podríamos hacerlo.
Si lideras personas, te propongo que te identifiques en alguno de estos 11 aspectos e intentes mejorarlo para que tus colaboradores vean cumplido al menos unos de sus deseos
¿Cuales vas a trabajar este año?
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Este es uno de los artículos que están en el libro Yo en eso no me monto