Había una vez dos ratoncitos y dos hombrecillos que vivían en un laberinto. Estos cuatro personajes dependían del queso para alimentarse y ser felices. Como habían encontrado una habitación repleta de queso, vivieron durante un tiempo muy contentos. Pero un buen día el queso desapareció…
Esta fábula simple e ingeniosa puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida. Con palabras y ejemplos comprensibles incluso para un niño, nos enseña que todo cambia, y que las fórmulas que sirvieron en su momento pueden quedar obsoletas. El “queso” del relato representa cualquier cosa que queramos alcanzar “la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor” y el laberinto es la realidad, con zonas desconocidas y peligrosas, callejones sin salida, oscuros recovecos… y habitaciones llenas de queso.
Escrito por un autor de fama internacional, este relato está prologado por un renombrado consultor empresarial. Sus enseñanzas han servido de inspiración en todo tipo de compañías y organizaciones empresariales.
COMENTARIO PERSONAL
Extraordinario. Es un imprescindible. Nos hace ver y reflexionar sobre la importancia de estar en permanente movimiento y búsqueda de nuevas oportunidades y que si esperamos mucho luego ya es tarde. Es un libro muy sencillo de leer, pero muy profundo en lo que trata y que todas las personas en todas las organizaciones debieran no solo leer, si no interiorizar.
Es una fábula sobre el cambio escrita por Spencer Johnson, autor junto a Ken Blanchard de varias obras, entre ellas “Ejecutivo al minuto”. Nos narra la historia de dos ratoncitos y dos liliputienses y cómo se comportan cuando los depósitos de queso desparecieron en el laberinto en que vivían.
El autor nos va llevando por las diferentes contradicciones que pasamos las personas y cómo cuando no tenemos escasez de recursos nos volvemos cómodos y no nos preocupamos en exceso por el futuro.
No quiero “destrozar” el relato en este resumen, sino desbrozar las enseñanzas básicas del mismo.
Leyendo el libro (si no lo has hecho, ¿qué esperas?, es uno de los que sí o sí hay que leer) te das cuenta como uno mismo reacciona de ese modo en muchas facetas de la vida, como cuando alcanzamos algo que deseamos pensamos “ya está” y nos quedamos ahí. Poco a poco nos vamos adormilando y cuando llega la hora de reaccionar no lo hacemos, como lo rana en agua templada (ver “Por qué quedarse quieto no suele ser la mejor opción“).
Además, algunas personas lo consideran un derecho adquirido y lo reclaman. Se convierten en egoístas que están convencidos de que la sociedad les debe algo, en vez de pensar que su nivel de vida se debe al trabajo de generaciones previas y que ahora tendrían que estar pensando en qué van a dejar a las venideras en vez de cómo los demás tienen que resolver su problema.
Spencer Johnson nos enfrenta el modo de actuar los ratones (aceptar la realidad, no echar la vista atrás y actuar) con la de los humanos: incertidumbre a lo desconocido, parálisis y negación de la realidad, que luego se acaba transformando en aceptación y movimiento en uno de los casos.
El autor nos va contando cómo se van sintiendo los protagonistas ante la falta del queso y cómo la motivación no precede a la acción, sino que aparece cuando comenzamos a movernos y como la ilusión aparece antes que el resultado, en el momento en que vemos expectativas.
Es un relato de hace más de 30 años, pero es de plena actualidad. Nuestra sociedad está cambiando a ritmo vertiginoso y hay quien se comporta como uno de los protagonista: no quiere aceptarlo. Lamento ser portador de malas noticias para esas personas, pero el mundo no se va a parar y no estamos en un autobús del que uno se pueda bajar.
“¿Quién se ha llevado mi queso?” es una fábula deliciosa de leer, en donde te vas a ver reflejado en muchas partes de la misma y te va a hacer recapacitar sobre tu comportamiento, a la vez que te hará darte cuenta de la importancia de estar permanentemente saliendo de tu zona de certidumbre y adentrándote en lo desconocido para seguir manteniéndote vivo y poder reaccionar cuando sea necesario.
Es un libro que todos debiéramos leer varias veces y tener siempre sus enseñanzas muy presentes.