Hace unos días relataba mi experiencia por los concesionarios de coches, “mendigando” que me hicieran caso -ya de cariño, ni hablamos- y me facilitaran información sobre los vehículos que se suponen que venden (aunque visto los visto, les compramos tras mucho esfuerzo). Lo relataba en “Qué difícil es vender“.

Han pasado un par de semanas y me gustaría contar cual ha sido el impacto de mi entrada y el seguimiento que me han realizado los concesionarios con los que conseguí contactar.

Lo primero que he de decir es que entre la entrada en mi blog y otra entrada en Linkedin que titulé Lo que ningún comercial hizo,a pesar de estar entrenado para ello ha habido más de 1.500 lectores. De entre estos lectores, supongo que habrá habido algún profesional del sector (me consta que así ha sido). Lamentablemente he de decir que sólo uno de ellos ha contactado ofreciéndose a vender.

Hay alguien que quiere comprar un coche nuevo, lo dice públicamente y solo una persona (propietario de un concesionario) contacta. Realmente, algo no me cuadra. No solamente deben de ser los vendedores, aquí hay algo más que yo no acierto a entender. En unos meses (cuando esto no sea ya actualidad haré algo similar con otro producto, lo moveré del mismo modo y veré cómo se comporta otro sector, estoy seguro de que será diferente, ¿o estoy equivocado?)

Al final, tras mucho esfuerzo -y porque soy muy persistente, claro- conseguí 7 ofertas de coche distintos. Me identifiqué, facilité todos mis datos, insistí en mi interés y dije que quería comprar el coche en junio. Todos estaréis pensando que me han estado llamando y que me he tenido que quitar a los vendedores de encima a dos manos, ¿verdad? sería lo normal, sería lo que hubiera pasado si, por ejemplo, hubiera querido comprar una fotocopiadora o reservar una sala para un evento o inscribirme en un máster.

Pues bien, el mundo del coche es diferente: no es necesario hacer seguimiento, los compradores iremos solos y pediremos que, por favor, nos vendan. Por fin encuentro un mercado glorioso para los vendedores, un mercado donde no es necesario realizar aquello que más nos cuesta: el seguimiento (nótese que este párrafo tira de ironía).

Pues no señor, no me he tenido que quitar a los vendedores de encima, no me he tenido que esconder de ellos, no ha sido necesario cancelar mi contrato de teléfono y solicitar una nueva línea. Todo eso no ha sido necesario porque solamente recibí una llamada (y para mí que la respiración que oía de fondo tenía que ser la del jefe del vendedor, justo en su cogote). Esa llamada se produjo el lunes 28. Le dije que la decisión la tomaríamos al día siguiente, el martes, día que el jefe se debió tomar libre porque no solo no me llamó el vendedor, sino que no cogió mi llamada ni, hasta el día de hoy, la ha devuelto (a ver si el jefe en vez de día libre se tomó vacaciones y hasta que no vuelva no me van a llamar).

De verdad, que si esto no es premeditado por parte de los vendedores de coches es para hacérselo mirar: no te hacen caso cuando vas a informarte y no hacen el más mínimo seguimiento (1 de 7 es quien ha vuelto a contactar y no ha contestado a mi llamada del día siguiente).

Va a ser verdad que si no se vende más es porque la mayoría de vendedores no contacta ni siquiera una segunda vez (y la decisión de compra se toca tras múltiples contactos).

Este sucedido me confirma una vez más que los vendedores tenemos un amplio recorrido de mejora en muchos aspectos, sobre todo en uno clave y que depende sólo de nosotros: el seguimiento de un interesado.

Habrá nuevas reflexiones e historias y anécdotas en las próximas semanas, si quieres ser avisado sobre ellas, deja aquí tu correo y serás informado según se publiquen, a la vez que recibirás el libro digital 50 libros de negocio que merece la pena leer

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2 comentarios en “Qué difícil es vender – parte II – El seguimiento”

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